
Trastorno de Atención y /o Hiperactividad (TDAH).
Este trastorno se caracteriza por producir momentos de escasa atención y/o una actividad excesiva que no se corresponde con la edad del sujeto y que afecta a su funcionamiento general y su desarrollo.
¿Qué es el TDAH y cómo saber detectarlo?
Es natural que todas las familias se preocupen por sus hijos e hijas, de ahí que les angustie la idea que sus vástagos puedan contraer alguna enfermedad o trastorno.
El TDAH se considera un trastorno del neurodesarrollo, lo que implica que existe una alteración de base neurológica que afecta a la adquisición de habilidades o información por parte del cerebro. Estas alteraciones pueden afectar a la memoria, la atención, la percepción , el lenguaje, la solución de problemas o las habilidades sociales.
En el caso del TDAH existen muchos indicadores que pueden poner en alerta a las familias, los centros educativos o los profesionales de la medicina y la psicología y poner en marcha los mecanismos disponibles para realizar una intervención. Para ello, siempre será necesario un diagnóstico que indique si realmente se trata de este trastorno, de otro, o ha sido una falsa alarma.
DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders / Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales).
A la hora de realizar un diagnóstico, los especialistas de la salud se basarán en criterios científicos, medidos, evaluados y contrastados con la población. En la actualidad, son dos los manuales que se usan para el diagnóstico: la CIE-10 y el DSM-V. En medicina suele ser más usado el primero, y en psicología el segundo, pero ambos son igualmente fiables.
El DSM (actualmente en su quinta versión) es elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, en su terminología inglesa) y aporta los criterios, síntomas o descripciones necesarias para realizar un diagnóstico. Su contenido es revisado periódicamente para ajustarlo a los cambios de la sociedad, los descubrimientos recientes, etc.
Es importante señalar que sólo los profesionales de la salud están capacitados para interpretar y diagnosticar siguiendo estos criterios, pues requiere la realización de pruebas previas ajustadas al método científico.
Criterios diagnósticos del DSM-V para el TDAH.
A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo que se caracteriza por (1) y/o (2):
1. Inatención: seis o más de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente a las actividades sociales y académicas o laborales (para mayores de 17 años se requiere un mínimo de 5 síntomas).
a) Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades.
b) Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
c) Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d) Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales.
e) Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades.
f) Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieran un esfuerzo mental sostenido.
g) Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades.
h) Con frecuencia se distrae con dificultad por estímulos externos.
i) Con frecuencia olvida las actividades cotidianas.
2. Hiperactividad e Impulsividad: seis o más de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente a las actividades sociales y académicas o laborales (para mayores de 17 años se requiere un mínimo de 5 síntomas).
a) Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
b) Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado.
c) Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado (en adolescentes o adultos puede limitarse a estar inquieto).
d) Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
e) Con frecuencia está “ocupado” actuando como si “lo impulsara un motor”.
f) Con frecuencia habla excesivamente.
g) Con frecuencia responde inesperadamente o antes que se haya concluido una pregunta.
h) Con frecuencia le es difícil esperar su turno.
i) Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros.
B) Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.
C) Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos.
D) Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.
E) los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental.
Resultados del DSM-V para el diagnóstico de TDAH.
Una vez comprobados los criterios, los resultados se podrán clasificar en una de las siguientes presentaciones:
A) Presentación Combinada: si se cumplen el criterio A1 (inatención) y el criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
B) Presentación predominante con falta de atención: si se cumple el criterio A1 (inatención) pero no se cumple el criterio A2 (hiperactividad e impulsividad) durante los últimos 6 meses.
C) Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: si se cumple el criterio A2 (hiperactividad e impulsividad) y no el criterio A1 (inatención) durante los últimos 6 meses.
Prevalencia del TDAH.
Aunque existe mucha discusión sobre este tema y los datos son controvertidos, se estima que el TDAH:
1) Afecta entre el 8-11% del alumnado en edad escolar.
2) Suele aparecer antes de los 4 años, pero no es significativo hasta los 6-12 años.
3) Es más frecuente en niños que en niñas.
4) Puede mantenerse en la edad adulta, disminuir los síntomas, o desaparecer.
TDAH en adultos.
Se estima que en la mitad de los casos, este trastorno persiste en la etapa adulta. Los síntomas más comunes que suelen presentarse son:
– Dificultades para concentrarse.
– Dificultades para completar tareas.
– Cambios de humor.
– Impaciencia.
– Dificultades en las habilidades sociales.
La hiperactividad en adultos suele manifestarse como inquietud e intranquilidad.
El diagnóstico en adultos es más difícil de realizar.
Los tratamientos farmacológicos son los mismos que en el caso de los niños, pero los psicológicos son diferentes.
TDAH
Evaluación, Diagnóstico y Tratamiento


EVALUACIÓN
La evaluación se realizará en varios niveles para medir todas las áreas en las que puede estar afectando al sujeto:
– Evaluación Sintomatológica: para medir la atención, la concentración, la impulsividad, focalización, autocontrol, etc. Se utilizan pruebas psicométricas como el Test de caras, Test de ejecución continua, test de cancelación visual/auditivo, etc.
– Evaluación Cognitiva: para evaluar los aspectos cognitivos, intelectuales y comportamentales. Se emplean pruebas como las escalas de inteligencia de Wechsler, Wisc-IV, etc.; tareas de lecto-escritura (PROLEC-R); pruebas neurológicas (torre de Hanoi, Test de Stroop de colores y palabras, Trailmaking Test, etc.
– Evaluación Conductual y Emocional: para evaluar los aspectos adaptativos y desadaptativos. Se emplean pruebas como el BASC o el CBCL (Child Behaviour Checklist).

DIAGNÓSTICO
Para obtener un diagnóstico, previamente se deben haber realizado las siguientes pruebas:
– Pruebas médicas (audición, visión, análisis de orina y sangre, tiroides y análisis genéticos).
– Pruebas clínicas (observación directa del paciente, entrevistas con la familia y el paciente, así como con el centro escolar o los organismos o personas necesarias).
– Pruebas complementarias (evaluación de la capacidad intelectual, pruebas psicopedagógicas, etc.).
Una vez realizadas las pruebas, para obtener un diagnóstico será necesario:
– Uso de criterios dioagnósticos del DSM-V o CIE-10.
– Dichos resultados darán como resultado un diagnóstico clínico con una clasificación determinada.
– El informe incluirá las orientaciones y/o recomendaciones necesarias, la necesidad de tratamiento farmacológico o no, y en dicho caso, la dosis y el fármaco prescrito.

TRATAMIENTO
Puede ser específico o una combinación:
– Psicológico: va a depender del enfoque elegido o asignado. Puede ser un abordaje psicoeducativo, de terapia cognitivo-conductual, de terapia de modificación de conducta, en entrenamiento de habilidades sociales.
– Psicopedagógico: medidas establecidas por los centros educativos con el apoyo del maestro especialista en pedagogía terapéutica. Estas medidas están encaminadas a adaptar el currículo a las necesidades individuales del sujeto.
– Farmacológico: utilización de fármacos psicoestimulantes (como el metilfenidato) o no estimulantes (como la atomoxetina). Debe estar prescrito y supervisado por un médico, pediatra o psiquiatra.
– Neuropsicológico: entrenamiento de las funciones ejecutivas (memoria, atención, percepción, razonamiento, pensamiento creativo).
–Multimodal: combinando farmacología con tratamientos psicológicos y psicopedagógicos.
Para más información, consulta con tu médico-pediatra, tu centro educativo o personal sanitario especializado.