
Estimulación Cognitiva en Primaria.
A medida que vamos creciendo, nuestro cerebro se va desarrollando, adquiriendo nuevas competencias y habilidades que nos abrirán el mundo a un infinito de posibilidades. Estas habilidades se van adquiriendo progresivamente gracias a los nuevos aprendizajes que se producen por los estímulos del entorno. La mayoría de estos aprendizajes tendrán su punto álgido en la escuela, donde los niños y las niñas pondrán en marcha los procesos cognitivos que culminarrán en la adquisición de habilidades y conocimientos útiles para su desarrollo intelectual.
Desarrollo cerebral en la infancia.
Son muchos los estudios que apuntan que un desarrollo cerebral saludable depende no sólo de unos buenos cuidados alimenticios e higiene, sino también psicológicos, como son el contacto físico y el lenguaje. Los estudios en neuroeducación muestran que niños que han sido maltratados muestran dificultades cognitivas, conductas desadaptativas y complicaciones para autorregular sus emociones.
Sabemos que el desarrollo cerebral sigue un modelo constructivo en el que intervienen todo tipo de factores, tanto genéticos como ambientales, y que determinarán la estructura básica sobre la que se asiente las habilidades cognitivas, conductuales, sociales y emocionales que conformaran nuestra personalidad. Y lo más importante es, que todo este proceso se produce principalmente en la infancia y la adolescencia.
La red neuronal de un ser humano al nacer es ya compleja de por sí, pero según se van produciendo los aprendizajes, el grado de madurez se expanderá de forma extraordinaria en el primer año de vida, haciendo que el cerebro triplique su peso. En el segundo año de vida, el cerebro adquirirá 3/4 partes de su peso total y durante el tercer año la actividad cerebral es dos veces más significativa que la de un adulto. Esto indica la importancia que tiene el desarrollo cerebral en los primeros años de vida. ¿Y por qué sucede esto? Porque el bebé está explorando el mundo y descubriendo todas las habilidades físicas, sociales y emocionales que están a su alcance, generando una actividad frenética producida por los nuevos aprendizajes. Y así seguirá siendo durante toda la etapa de Primaria y Secundaria donde los aprendizajes que realicen le ayudarán a tener un cerebro más sano, más inteligente y con una mayor capacidad adaptativa a las situaciones adversas que se puedan presentar.
Desarrollo del cerebro y adquisición de habilidades.
Debido a que el desarrollo del cerebro es progresivo, la adquisición de las habilidades también lo será. Sabemos que las habilidades sensoriales, como la audición y la vista, son las primeras en desarrollarse, así como otras habilidades motoras necesarias para la supervivencia (como la succión); otras, como la motricidad fina tardarán varios años en llegar. Por ejemplo, la corteza visual se desarrolla en los primeros seis meses, siendo capaces a esta edad de enfocar casi tan bien como un adulto. El cerebelo será otra estructura importante el primer año de vida, pues su rápido desarrollo (triplica su tamaño en este periodo) permitirá al bebé adquirir habilidades motóricas como mantenerse erguido, gatear, arrastrarse o incluso andar. El área del lenguaje comenzará a desarrollarse en torno al primer año, apareciendo las primeras palabras en su vocabulario, aunque el predominio del lenguaje no se alcanzará hasta los 6 años, en los que serán capaces de recordar hasta 2.000 palabras (el doble que cuando tenían 3 años). Entre los 6 y los 10 años comenzará a desarrollar el pensamiento formal, basado en la lógica de lo concreto mientras se van terminando de formar más áreas cerebrales. El cerebro seguirá completando su fase de construcción durante la preadolescencia, y no culminará hasta entrada la juventud, cuando se complete el lóbulo prefrontal.
Las habilidades cognitivas.
Durante la infancia el cerebro irá adquiriendo una serie de habilidades cognitivas que le permitirán ir madurando. Estas habilidades son:
– Percepción-Atención: recibir la información con claridad, sin distracción, manteniendo la concentración.
– Memoria: capacidad de recordar daros a corto, medio y largo plazo.
– Comprensión verbal: capacidad para comprender el significado de las palabras (comprensión) y expresarse mediante las mismas (fluidez).
– Comprensión espacial: habilidad para interpretar las representaciones gráficas de objetos, reconocerlos en diferentes posiciones o imaginarse una estructura a partir de un diseño.
– Razonamiento lógico: habilidad para establecer relaciones coherentes entre distintos elementos tales como una clasificación, una ordenación, una seriación, etc.
– Organización temporal: habilidad para percibir la cadencia en la sucesión de hechos en el tiempo, descubriendo los elementos y detalles que determinan la ordenación cronológica.
– Habilidad numérica: habilidad para conocer y asimilar un numero, así como realizar operaciones mentales y de cálculo con ellos.
– Pensamiento creativo: capacidad de crear y generar nuevas ideas o producciones.
– Motricidad: capacidad de coordinar el movimiento en una dirección o acción. Puede ser gruesa (si la acción es general) o fina (si la acción requiere de mucha precisión).
Enseñar habilidades cognitivas.
Hay muchas formas de realizar una buena estimulación cognitiva en la infancia, y generalmente lo más efectivo es poder combinarlas todas para no caer en el aburrimiento.
Los maestros son los profesionales que realizan estas tareas en los centro de educación primaria cuando enseñan a los niños y niñas a aprender nuevos contenidos. Estos aprendizajes pueden realizarse tanto desde la educación formal como la no formal, pues estas habilidades están presentes en todos los ámbitos de la vida de nuestros pequeños.
Los materiales más utilizados suelen ser los libros de texto, pero no son los únicos recursos, cada vez más son los medios audiovisuales los utilizados para fomentar el aprendizaje. Además, no debemos olvidar que uno de los facilitadores del aprendizaje es la diversión, y que los niños aprenden mejor jugando, por lo que serán fundamental realizar también juegos, canciones, etc., que permitan la movilidad y la diversión.
Los materiales que necesitaremos para realizar una estimulación cognitiva no tienen por qué ser excesivamente complejos si sabemos qué queremos potenciar y cómo hacerlo. Existen juegos que no necesitan ningún tipo de material, así como actividades que sólo precisan papel y lápiz. Materiales más complejos y sofisticados también existen y son muy útiles, pero no son estrictamente necesarios.
Actualmente, algunas administraciones públicas ya ofrecen este tipo de servicio como actividad extraescolar impartida por psicólogos. También existen gabinetes y centros especializados en estimulación cognitiva donde poder seguir un programa completo y especializado.
¿Para quien es recomendable?
Una buena estimulación cognitiva es deseable para cualquier persona. Cuanto más potenciemos las capacidades de nuestros pequeños y pequeñas, más desarrollaremos sus habilidades cognitivas, lo que será beneficioso para ellos/ellas.
Si bien es cierto, que aquellas personas que presenten dificultades en algún área concreta, como pueda ser la habilidad matemática, el lenguaje o cualquier otra, una estimulación específica en este área le ayudará a mejorar sin duda.
Estimulación Cognitiva en Primaria.
A la hora de poner en marcha un programa de estimulación cognitiva en Primaria tenemos que tener en cuenta la edad y el desarrollo evolutivo de los niños y niñas. No es lo mismo las capacidades que tenemos a los 6 años que a los 12. Lo ideal es, que si se hace desde un centro educativo, siga un programa específico, bien medido y evaluado, con las actividades diseñadas y ajustadas a la población.
Si el programa lo vamos a realizar desde casa y no sabemos cómo hacerlo o no tenemos los conocimientos o habilidades suficientes, lo mejor es recurrir a alguna guía o manual de autoayuda. Existen en el mercado diferentes publicaciones al respecto.
Es importante, no obstante, tener en cuenta una serie de consideraciones básicas:
– Revisar y comprender el contenido antes de hacerlo con los niños y niñas.
– Explicar la actividad de forma sencilla. Dar las instrucciones repetidamente para asegurarnos que lo han entendido bien.
– Utilizar un vocabulario adecuado a la edad.
– Tratar de producir una reflexión sobre los contenidos, para favorecer la asimilación de los mismos. Promover que las niñas y niños debatan y se cuestionen, así como que pongan en práctica los contenidos.
– No realizar juicios de valor o juzgar las opiniones del alumnado, sino promover la reflexión personal para favorecer el pensamiento crítico de cada participante.
– Promover la escucha activa y la atención plena, la reflexión y el razonamiento.
– Valorar positivamente sus producciones y corregir las incidencias negativas favoreciendo el aprendizaje.
– Fomentar el aprendizaje y la memoria mediante el recuerdo de sesiones previas, o al final de cada sesión hacer un repaso de los contenidos abordados.
– Evaluar y valorar los progresos realizados.
Materiales de Estimulación Cognitiva.
Existen muchos materiales para ejercitar las habilidades cognitivas en los/las menores. Los más utilizados son los libros o cuadernillos de texto. Si buscas una opción barata y fácil de conseguir, los cuadernillos Rubio de toda la vida son una buena opción para las habilidades más relacionadas con el lenguaje y las matemáticas. También en internet existen numerosas páginas con fichas específicas y juegos interactivos donde practicar las habilidades arriba mencionadas.
Dentro de las publicaciones existentes, son muy recomendables los libros desarrollados por el Departamento de Investigación de ICCE “APDI. Aprendo a pensar desarrollando mi inteligencia” clasificados según los cursos de primaria en el que se trabajan los distintos procesos cognitivos.
También están muy bien los libros de “¡Qué Guay!” De A. Vallés con actividades lúdicas para el desarrollo cognitivo y adaptadas a los distintos niveles según la edad.
En cualquier caso, la oferta es muy amplia y cualquiera de estos libros son bastante interesante.
Sí que recomendaría permitir a los niños cierta flexibilidad a la hora de realizar las tareas, dejándoles espacio para pensar y resolver las tareas por sí mismos/as y realizar una corrección a posteriori. Es muy importante fijarnos en los errores que cometen para saber dónde poner el foco de atención de nuestra ayuda en ese área en concreto, o en caso de duda, consultar con un especialista.
