Trastornos del Aprendizaje.

Se caracterizan por presentar dificultades para adquirir, retener o usar ampliamente las habilidades específicas o la información, debido a deficiencias en atención, memoria o razonamiento.

¿Qué son los Trastornos del Aprendizaje y cómo detectarlos?

Es natural que todas las familias se preocupen por sus hijos e hijas, de ahí que les angustie la idea que sus vástagos puedan contraer alguna enfermedad o trastorno.

Los trastornos del aprendizaje se consideran un trastorno del neurodesarrollo, lo que implica que existe una alteración de base neurológica que afecta a la adquisición de habilidades o información por parte del cerebro. Estas alteraciones pueden afectar a la memoria, la atención, la percepción , el lenguaje, la solución de problemas o las habilidades sociales. 

Es importante hacer una distinción con la discapacidad intelectual, pues los trastornos del aprendizaje se dan en niños con una funcionalidad intelectual normalizada, afectando sólo a alguna de estas funciones, mientras que en las personas con discapacidad intelectual, afectan ampliamente a dichas funciones.   

En el caso de los trastornos del aprendizaje existen muchos indicadores que pueden poner en alerta a las familias, los centros educativos o los profesionales de la medicina y la psicología y poner en marcha los mecanismos disponibles para realizar una intervención. Para ello, siempre será necesario un diagnóstico que indique si realmente se trata de este trastorno, de otro, o ha sido una falsa alarma.

DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders / Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales).

A la hora de realizar un diagnóstico, los especialistas de la salud se basarán en criterios científicos, medidos, evaluados y contrastados con la población. En la actualidad, son dos los manuales que se usan para el diagnóstico: la CIE-10 y el DSM-V. En medicina suele ser más usado el primero, y en psicología el segundo, pero ambos son igualmente fiables. 

El DSM (actualmente en su quinta versión) es elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, en su terminología inglesa) y aporta los criterios, síntomas o descripciones necesarias para realizar un diagnóstico. Su contenido es revisado periódicamente para ajustarlo a los cambios de la sociedad, los descubrimientos recientes, etc.

Es importante señalar que sólo los profesionales de la salud están capacitados para interpretar y diagnosticar siguiendo estos criterios, pues requiere la realización de pruebas previas ajustadas al método científico.

Criterios diagnósticos del DSM-V para el Trastorno Específico del Aprendizaje.

A. Dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas, evidenciado por la presencia de al menos uno de los siguientes síntomas que han persistido por lo menos durante 6 meses, a pesar de las intervenciones dirigidas a estas dificultades:

1. Lectura de palabras imprecisa o lenta con esfuerzo.

2. Dificultad para comprender el significado de lo que lee.

3. Dificultades ortográficas.

4. Dificultades para la expresión escrita.

5. Dificultades para dominar el sentido numérico, los datos numéricos o el cálculo.

6. Dificultades con el razonamiento matemático.

B. Las aptitudes académicas afectadas están sustancialmente y en grado cuantificable por debajo de lo esperado para la edad cronológica del individuo e interfieren significativamente con el rendimiento académico y laboral, o con las actividades de la vida cotidiana, que se confirman con medidas (pruebas) estandarizadas administradas individualmente y una evaluación clínica integral. En individuos de 17 años o más, la historia documentada de las dificultades de aprendizaje se puede sustituir por la evaluación estandarizada.

C. Las dificultades de aprendizaje comienzan en la edad escolar, pero puede no manifestarse totalmente hasta que las demandas de las aptitudes académicas afectadas superan las capacidades limitadas del individuo.

D. Las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por discapacidades intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio en el lenguaje, de instrucción académica o directrices educativas inadecuadas. 

Deben cumplirse los criterios A, B, C y D. 

Resultados del DSM-V para el diagnóstico del Trastorno Específico del Aprendizaje.

Una vez comprobados los criterios, los resultados se podrán clasificar en una de las siguientes presentaciones:

A) Con dificultades en la lectura: si presenta dificultades en la precisión de palabras en la lectura, dificultades en la velocidad o fluidez de la lectura, y problemas en la comprensión de la lectura, al menos, durante los últimos 6 meses. (La dislexia es un término alternativo para referirse a la dificultad en el reconocimiento de palabras, deletreo, problemas ortográficos, etc.).

B) Con dificultad en la expresión escrita: si presenta dificultades en la corrección ortográfica, la corrección gramatical y de la puntuación, y dificultades en la claridad u organización de la expresión escrita, al menos, durante los últimos 6 meses.

C) Con dificultad matemática: si presenta dificultades con el sentido de los números, la memorización de operaciones aritméticas, el cálculo correcto y fluido,  y el razonamiento matemático correcto, al menos, durante los últimos 6 meses. (La discalculia es un término alternativo para referirse a la dificultad del procesamiento numérico, el aprendizaje de operaciones aritmáticas, etc.).

Además, se deberá especificar la gravedad actual, en la siguiente gradación:

– Leve.

– Moderada.

– Severa.

Prevalencia del Trastorno Específico del Aprendizaje.

Aunque los datos van variando, se estima, aproximadamente:

1) Entre el 4 y el 9% del alumnado en edad escolar presenta dificultades en la lectura.

2) Entre el 3 y el 7% del alumnado en edad escolar presenta dificultades en las matemáticas.

3) Suele aparecer en la edad escolar, entre los 4-12 años. 

4) Es más frecuente en niños que en niñas. 

5) Puede mantenerse en la edad adulta, disminuir los síntomas, o desaparecer. 

 

Trastorno Específico del Aprendizaje en adultos.

Los síntomas más comunes que suelen presentarse son:

– Dificultades constantes en las aptitudes relacionadas con la lectoescritura que provienen de la infancia-adolescencia. 

– Evitación de actividades que requieran aptitudes académicas.

– Dificultades para comprender información nueva y compleja, o aprender nuevas habilidades.

– Dificultades en las habilidades sociales. 

La prevalencia en adultos está en torno al 4%, aproximadamente.

El diagnóstico en adultos es más difícil de realizar.

Trastorno Específico del Aprendizaje

Evaluación, Diagnóstico y Tratamiento

EVALUACIÓN

La evaluación tiene como finalidad que proceso o procesos pueden estar alterados, y cuáles funcionan correctamente. Para ello se tendrá en cuenta el contexto familiar, social y escolar, así como todas las variables que influyen en la adquisición del aprendizaje:

 Anamnesis educativa:

recogida de información del desarrollo y evolución del alumno/a en el ámbito educativo.

Evaluación Psicopedagógica:

de carácter técnico, en el que se concretarán las necesidades específicas del alumnado, el tipo de intervención y las líneas de seguimiento y evaluación.

Evaluación clínica:

realizada por un médico pediatra, completa del sujeto, incluyendo una exploración física y neurológica. 

 

DIAGNÓSTICO

Una vez realizadas las pruebas, para obtener un diagnóstico será necesario:

– Uso de criterios dioagnósticos del DSM-V o CIE-10.

– Dichos resultados darán como resultado un diagnóstico clínico con una clasificación determinada y una gradación.

 – Los déficits han de darse en todos los contextos (familiar, social, educativo).

– Los principales déficits se producen en las habilidades motoras o psicomotriz, perceptivas, visoespaciales, resolución de problemas o aritmética matemática.

 – El informe incluirá las orientaciones y/o recomendaciones  necesarias, la necesidad de tratamiento farmacológico o no, y en dicho caso, la dosis y el fármaco prescrito.

El diagnóstico ha de ser realizado por un profesional de la salud y la educación especializado. 

 

TRATAMIENTO

Es de carácter psicopedagógico y logopédico:

Psicopedagógico: medidas establecidas por los centros educativos con el apoyo del maestro especialista en pedagogía terapéutica. Estas medidas están encaminadas a adaptar el currículo a las necesidades individuales del sujeto. Suelen incluir estimulación de la comprensión y la expresión oral, práctica de habilidades fonológicas, inmersión en el lenguaje escrito, manipulación de las grafías y de los números, así como incentivar la lectura y el manejo de números.

Farmacológico: No está indicado para este trastorno a menos que curse con otro trastorno (TDAH, ansiedad, depresión etc.). No existen fármacos para tratar los trastornos del aprendizaje. 

Seguimiento Evolutivo Multimodal:

Por parte de todos los profesionales implicados.

 

Para más información, consulta con tu médico-pediatra, tu centro educativo o personal sanitario especializado.

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